La incontinencia anal es la incapacidad de controlar los gases o las heces, así como la incapacidad de posponer las ganas de realizar deposición si no es el momento adecuado. Se estima que afecta a entre el 2% y el 7% de la población general incluyendo niños, pudiendo llegar hasta el 20% en ancianos. De hecho en población anciana se convierte en la primera causa de cuidados domiciliarios o la segunda de necesidad de institucionalización de estos pacientes.
El motivo más frecuente que desencadena una incontinencia anal en las mujeres está relacionado con el embarazo y el parto en sí mismo; sin embargo y ya en ambos sexos, existen otras causas como enfermedades neurológicas que hacen que se pierda progresivamente la fuerza en los esfínteres, patologías intestinales, estreñimiento crónico, diabetes, obesidad así como haber sido sometido a tratamiento de radioterápica pélvica o cirugía anal. Otro aspecto a tener muy en cuenta en los pacientes con incontinencia anal es cómo les afecta desde el punto de vista psicológico, ya que a menudo se vive como una enfermedad vergonzante que produce depresión, aislamiento, falta de autoestima e inseguridad. Su vida laboral se ve también condicionada, ya que a menudo precisan bajas prologadas o permanentes por no ser posible llevar una vida normal.
En cuanto a los tratamientos de la incontinencia anal, en la actualidad existen diversas terapias que permiten mejorar enórmemente la calidad de vida de estos pacientes en función de la causa de la incontinencia y la gravedad de la misma, y es por ello por lo que se está realizando un gran trabajo de difusión y educación sanitaria, ya que tanto la propia enfermedad como las opciones de tratamiento son todavía grandes desconocidas para la mayoría de la sociedad.
Ante esta situación y su complejidad, los especialistas coinciden en señalar algunas cuestiones fundamentales para el abordaje de los pacientes con incontinencia anal. La primera de ellas es el consejo a los pacientes de que no tengan miedo ni verguenza en consultar su problema con su médico de familia o enfermera para iniciar una valoración del mismo. Y serán estos profesionales quienes decidan si es preciso la derivación a Unidades Especializadas como la del Hospital Universitario de La Princesa. El contacto con asociaciones de pacientes como ASIA (Asociación de Incontinencia Anal) que agrupa a personas con la misma problemática es determinante para constatar que no se está solo y que el compartir experiencias similares ayuda. Y por último, afiman, que entre todos hay que dar visibilidad a esta enfermedad, romper el tabú que existe en torno a ella y normalizarla.
En este sentido la Unidad de Coloproctología del Hospital Universitario de La Princesa ha tenido una participación muy activa en la Semana Mundial de la Continencia que se celebró entre los días 15 y 21 del pasado mes de junio. Los especialistas del Hospital de La Princesa estuvieron presentes en diferentes foros mediáticos y redes sociales explicando la enfermedad y respondiendo las preguntas de los pacientes y personas interesadas en el tema. Este, sin duda, es el mejor camino para ayudar a los que están padeciendo ahora incontinencia y a aquellos otros que podrán padecerla en un futuro.
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